Comunicado del 25 aniversario MTC 1997-2022

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¨Que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que no seamos ni uno ni dos de nosotros, sino todos.»

Popol Vuh.

“Lázaro sal fuera… desátenlo y déjenlo caminar”

Juan. 5, 8-9 y 11,1-44

ACCION DE GRACIAS POR LA VIDA:
Gratitud por la hermandad, la solidaridad, las miradas y consejos compartidos y los caminos recorridos con cada uno y una de ustedes.

En 1996 en el marco de la firma de los Acuerdos de Paz, asumimos el compromiso de construir una nueva nación, en sintonía con la democracia real y respetuosa de la diversidad sociopolítica y cultural, la justicia social y ecológica, la libertad, la armonía, la reconciliación y la paz de los pueblos que convivimos en este territorio -nuestra casa común- Guatemala. Soñábamos dejar atrás la experiencia de un país construido bajo el modelo de finca – hacienda feudal, en su expresión neocolonial.

El ordenamiento de una estructura socio-económica, política y cultural, fundamentada en el modelo finca – hacienda se establece sobre la figura y función de una dupla: Patrón – administrador y un sequito de alguaciles y capataces, quienes reproducen sobre la masa de peones, los mecanismos de sobre explotación de los bienes – recursos naturales, con uso abusivo y extensivo de agroquímicos y una jerarquía de uso y abuso del poder sobre las personas. Vistas estas, como mano de obra, de un trabajo acasillado y jornalero de familias semi-esclavizadas por la sobrevivencia, sin la garantía de una seguridad social, que sin embargo se la descuentan de sus míseros salarios. Las cárceles y los cementerios clandestinos en muchas fincas y haciendas son vestigios del costo social que ha significado el revelarse ante el patrón. Las capillas católicas a las que solo acudía el sacerdote para el cumplimiento de los sacramentos dejaron de tocar sus campanas, tras el anuncio de un evangelio – liberador, que exigía la dignidad de las personas. La multiplicación de bocinas en diversidad de nuevos templos anuncia a un dios que demanda diezmos a través de sus profetas para alcanzar la prosperidad y salvación individual.

Lejos ha quedado la imagen protectora -al estilo novela guatemalteca-, de una familia finquera velando por el bienestar de sus trabajadores. Aquella que debería garantizar la educación, la seguridad alimentaria y la salud primaria de sus trabajadores. Total: el sistema no requiere de mucha ciencia, pero si mucha fuerza liberada y necesitada de peones que, luego de arduas jornadas y míseros salarios, agradezcan a dios, que el finquero y administrador les ha dado trabajo.

Los sindicatos se criminalizan, se eliminan o se compran para establecer pactos colectivos que favorecen al patrón y a los comprados o amenazados trabajadores firmantes. Los inspectores de trabajo, jueces, notarios y abogados – contratados- son los defensores del modelo. Todo está bien estructurado para que el sistema funcione como “dios manda”.

Desde estas miradas, saberes y andanzas

25 años más tarde, confirmamos que vivimos en un contexto y coyuntura nacional en que la finca – hacienda llamada Guatemala, se reproduce vertiginosamente, a través de renovados mecanismos con los que los sectores de poder nos dividen, empobrecen, sobre explotan, criminalizan, encarcelan, exilian y asesinan.

Este modelo sigue vigente, a través de una estructura socioeconómica, política y cultural, que se perpetua, mediante el proceso de reciclaje de gobiernos en la imagen de relevo de ladrones (Dr. Carlos Guzmán Böckler QPD)- que cada cuatro años asumen la tarea de reproducir, acondicionar y “modernizar” en consonancia con los intereses de los sectores de poder, quienes tienen cooptado al Estado. Sector que a su vez se acondicionan a intereses y poderes de empresas y consorcios transnacionales, organismos financieros internacionales y en las últimas décadas, además al narcotráfico y el crimen organizado en sus diversas expresiones, denominado Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS).

Como MTC, vinculados a plataformas, sinergias, mesas de trabajo, en conjunto con otras organizaciones afines, hemos demandado y propuesto acciones que permitan que la democracia, la paz, la justicia-jurídica, ecológica y social, debieran prevalecer en el orden constitucional guatemalteco. Sin embargo, desde hace varios gobiernos, se ha venido orquestando un proceso de socavamiento de los tres organismos del Estado guatemalteco, mediante la cooptación ilegal y descarada de la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia, el Congreso de la República, el Poder Ejecutivo, el Tribunal Supremo Electoral y, en los últimos días, el último bastión que nos quedaba: la Procuraduría de los Derechos Humanos, todo ello a través del llamado pacto de corruptos. Condición que se ha fortalecido tras la expulsión unilateral y arbitraria de la Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad de Guatemala, CICIG.

El actual gobierno del sr Giammattei, está jugando un papel fundamental en la cooptación del Estado, con el fin de instaurar formalmente una dictadura, a través de acuerdos, decretos y leyes que van en contra de la población. La maquinaria electoral se ha puesto en marcha, con el aval del Tribunal Supremo Electoral, manejado por los sectores de poder, quienes pretenden instaurar la tiranía como forma de gobierno, disfrazada y “legitimada” en un proceso electoral viciado. Esta situación hunde al país en la corrupción, impunidad y autoritarismo. Toda oposición a este sistema de muerte se controla y elimina, mediante: la persecución penal, encarcelamiento y exilio de defensores de derechos humanos, autoridades comunitarias, periodistas, jueces y funcionarios probos, que los denuncian.

Nos corresponde a la sociedad en su conjunto, a través de los diversos sectores sociales: líderes y lideresas, autoridades comunitarias y de pueblos originarios, campesinos, estudiantes, políticos, académicos, religiosos, otros; realizar en estos momentos un análisis de conciencia, fundamentados en los acontecimientos socioeconómicos, ambientales, políticos- jurídicos y culturales, que están empobreciendo y limitando nuestro accionar que nos mantiene al límite de una postración sumisa al sistema de muerte que se nos impone.

Hoy como en otros momentos claves de nuestra historia la consigna del llamado a la unidad, que emana de nuestros ancestros en el Pop Wuj: «Que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que no seamos ni uno ni dos de nosotros, sino todos.» es imprescindible asumirlo con toda su profundidad cosmogónica. Y desde la tradición bíblica cristiana el llamado de Jesús a desatar las vendas de la muerte, y echarse a caminar, dichas a la familia y comunidad de lázaro (Juan 5,8-9; 11,1-44), resuena como exigencia de nuestro compromiso cristiano inspirado por el Apocalipsis (20,11 – 21,1-8): abrir el Libro de la Vida, echando fuera la bestia de la impunidad y la corrupción y apostar a la construcción de una tierra y un cielo nuevos, en el que el Dios de la Vida, habitará entre su pueblo.

Como MTC, en el marco de nuestros 25 años de existencia, saludamos: al Frente estudiantil y de profesores de la universidad de San Carlos, USAC, y sus diversos centros regionales, quienes por hoy representan una esperanza, en su empeño por salvaguardar la autonomía e impulsar una verdadera reforma universitaria. Hacemos un llamado a los diversos sectores gremial, trabajadores activos y jubilados, del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, para que, de igual manera defendamos su autonomía y el rescate del verdadero sentido del servicio de seguridad social. Dos instituciones autónomas que nos quedan del legado de la revolución social de 1944.

Finalmente, como espacio de conmemoración y celebración, invitamos para que conjuntamente como organizaciones afines, amigos, amigas, hermanos y hermanas, con quienes hemos caminado en estos 25 años, realicemos un espacio de análisis y revisión de nuestro caminar y asumir los desafíos y compromisos que nuestro contexto nos demanda.

Agradecemos su presencia, su aporte a la reflexión y su compromiso en asumir juntos estos desafíos que nuestra realidad nos demanda.


San Marcos, Txe Chman, 26 de agosto de 2022